jueves, 19 de septiembre de 2013

LOS VIRREYES AUTONÓMICOS

El proceso de transición política en España puede dividirse en varias etapas: la primera que fue ejecutada por políticos dignos de ese nombre curtidos en la oposición al régimen franquista que comprendieron que tenían que ser flexibles y llegar a acuerdos. La segunda, ejecutada por políticos de medio pelo que contemporizaban con todas las tendencias políticas y comenzó tímidamente el café para todos y la fiebre de las transferencias. La tercera etapa la del café para todos que llevó al país a las condiciones que propiciaron la ruina económica de la sociedad civil y transformar al Estado en un Estado pelele. 
Así, podemos decir que la transición en la primera etapa fue ejemplar  y modelo de transición de una dictadura a una democracia. La segunda etapa y la tercera fue un verdadero disparate que preparó la situación actual. Desde esta perspectiva y en estas dos últimas etapas fue un engaño a la sociedad civil porque en realidad fue un proceso de refeudalización del Estado, representó una vuelta atrás de 500 años, que los políticos lo han vendido como un éxito (para ellos) pero para el país representa un sistema de imposible financiación que provoca la acumulación de una deuda de más de un billón de Euros.
La transición tuvo dos perdedores a) el Estado Central que quedó reducido a la condición de estado pelele al que nadie respeta y b) Una sociedad civil inconsciente y desorientada que la han condenado a pagar la factura de semejante bodrio descentralizador.

Y tuvo dos ganadores el poder Político, derechas, izquierdas y nacionalistas y sobre todo los señores feudales autonómicos, virreyes de los señoríos feudales de su propiedad.        
Habéis condenado a la sociedad civil a pagar un experimento descentralizador que es un perfecto fracaso que desemboca en un estado mastodóntico, (sobra dos millones de trabajadores de las administraciones autonómicas y central), de imposible financiación y una desorganización territorial que recuerda al  feudalismo.          

Esta situación ha provocado una reacción de la sociedad civil: de hartazgo de una clase política derrochadora, impresentable, poco lúcida, especialista en apretar botones y sin sentido de Estado.    Esta clase política se ha transformado en un problema para la sociedad.

Han condenado a la sociedad civil a la ruina económica y a un sufrimiento atroz traducido en 6 millones de parados con un sistema educativo catalogado por Boloña como un perfecto fracaso.

Todos estas manifestaciones son los indicadores del final de ciclo de una clase política y al mismo tiempo el nacimiento de un nuevo actor, un nuevo poder, el Poder Civil con un programa que exponemos en el sitio web del partido.

Ahora, tenemos que iniciar un nuevo proceso de reforma de la Constitución. respetaremos, aunque no nos guste el tema de las Comunidades Autónomas. Han conseguido crear un sistema totalmente asimétrico donde a la sociedad civil se le castigó brutalmente para que pagara los gastos astronómicos de unos señores feudales derrochadores a manos llenas y unos experimentos descentralizadores inaceptables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario